Hoy decidí volver a escribir porque, para variar, la vida me da una de esas oportunidades/cachetadas que es dificl pasar por alto. Hoy se hace patente que me empiezo a quedar sola de lunes a jueves, sólo con mis hijos (que cuando llegue Marzo me acompañarán menos de lo que lo hacen hoy) de compañía.
Me pilla este cambio en una parada poco sólida, que de tan poco sólida es estable en su poca solidez. Me pilla viviendo mucho de todo, muy a full, muy plenamente y a la vez un tanto perdida, como una adolescencia tardía y desafiante, desatinada incluso. Con ganas de salir a ver qué tal está este mundo para la gente de mi edad, para los solteros, para los recién casados, para los que esperan su primer hijo.
Este año lo veo como prueba de que estoy más vieja que mis compañeras de curso, y más loca que cabra de cerro. Echo de menos las mariposas en la guata de los primeros besos porque tengo la impresión de que los besos que me quedan están contados. Quiero esa pasión desenfrenada de hace algunos años porque la pasión que tengo será redirigida para no echar de menos al que se ausenta tantos días.... y no sé qué me espera. Nadie sabe, pero por primera vez en mucho tiempo, esa certeza me angustia.
Quiero a mis amigos cerca, quiero salir a tomar café y pasear por Plaza Ñuñoa sola con un libro y el iPod... y encontrarme con gente, y salir con esa gente, y ponerme al día, y tejer, y pintar....
... lo que sé es que no quiero perderme
viernes, noviembre 20, 2009
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