En día 24 de Diciembre del 2007 leí una noticia que me dejó petrificada y que sólo trajo dolor y lágrimas a mis ojos.
Un niño, sólo un poco menor que mi hijo, había perdido la vida de manera terrible en una fecha que se supone trae alegría, no llanto, no desesperación...
Este niño se llamaba Clemente y, por casualidad, es hijo y nieto de personas de relevancia nacional... pero Clemente representa a todos los niños del mundo, a todos nuestros hijos, tus hijos, los hijos del mundo, a nosotros mismos que somos también hijos.
Un padre no debiera sepultar a sus hijos. Un padre no debiera verse enfrentado a la pérdida de una vida tan pequeña e inocente. No sé cómo se reacciona a algo así. ¿Cómo se despierta en las mañana sin el sonido de pequeños pasos?¿Cómo se come, se bebe, se respira?¿Cómo se elimina el pesar, el dolor?¿Cómo demonios se sigue?
Yo veo a mi hijo, lo veo durmiendo, despertando, abrazándome... no puedo -ni quiero- imaginar una vida en la que él ya no esté, en la que me deje aquí para ir a volar con otros angelitos, como Clemente.
Sé que si Dios/dios/diosa/dioses llama a estos pequeñitos es porque su vida tuvo el significado que debía tener, que a veces hay niños que sufren tanto con esta vida y con este mundo que la vida después de la vida sigue siendo vida, su vida. Los niños viven en todo lo que tocan, en todo lo que nombran, en todo lo que aman... viven en nosotros y nosotros en ellos.
Mi bebé me pregunta a veces si me voy a morir. Aunque suene egoísta, preferiría morir con él, para que ninguno de los dos sufra la pérdida del otro... Yo no quiero que él sufra nunca, y no quiero sufrir tampoco. Le respondo que todos vamos a morir algún día, como las plantas, como nuestra primera gata y nuestra primera perrita... como Marcelo, como Iván... que no hay que tenerle miedo a la muerte... mientras por dentro me aterroriza la idea de perderlo...
El dolor se ve mitigado por el tiempo. El tiempo se toma su tiempo. El amor que un niño da no se borra, no mengua, no destiñe...
Clemente, a través tuyo quiero enviar mil besos, abrazos a caricias a todos aquellos angelitos que ahoa nos cuidan desde donde están, que han sido enviado ahí por cualquier motivo. Yo les canto en las noches al cantarle a mi hijo, y los beso al besarlo.
jueves, diciembre 27, 2007
miércoles, diciembre 12, 2007
Expected
Hay sólo una cosa que me empelota más que que me cambien los planes a última hora (mis más cercanos han visto lo que pasa cuando esto ocurre).
Esta cosa no es tal, sino es más bien una frase... una actitud... que hoy me tiene muy mal, de verdad... Es esa frase o esa actitud que sale desde el fondo de mi madre y de mi jefa... esa frase maldita, macabra...
"... es que es lo se espera de ti"....
¿Quién cresta espera algo de alguien sólo porque ese alguien es ESE alguien? ¿Qué quieren decir con eso? O sea, porque toda la vida he sido la fuerte, la que se la puede, la que aperra, no puedo sentirme sola, abandonada, triste...
Porque siempre he cumplido con lo que prometo, o hago lo posible por hacerlo -siempre que quiera hacerlo- de repente no puedo ser más débil, presentar errores...
He vivido toda la vida cumplieno expectativas... toda la vida pendiente de no flaquear, de ser como mi mamá y no reclamar nada, llorar sola a oscuras y levantarme todos los días...
Hoy, si no fuera por mi bebé que depende de mi cuerpo para vivir, y de mi hijo que me necesita como lo necesito yo, hoy tengo ganas de dejar de cumplir expectativas... quiero que me vean vulnerable, que vean que a veces quiero tomarme un frasco de pastillas con ron... que quiero re-abrir la cicatriz de mi muñeca... que me siento débil, que me siento sola... que no sé por qué me siento así.
Entonces, me salen con que TENGO que ser fuerte, que TENGO que seguir porque es lo que se espera de mí, que tengo responsabilidades, que estoy enojada -envenenada, fue lo que me dijo- con mi hermana sólo por envidia... porque a ella nadie le exige nada y nadie se mete con ella... porque su vida no tiene ninguna responsabilidad, porque siempre la salvan, siempre la escuchan...
Yo trabajo y me tengo que pagar hasta la Coca-Cola... no puedo gastar plata en terapia porque tengo 2 hijos... no concibo gastar $90.000 en una caja de happypills... qué hago, entonces?
Escribo, lloro, grito... para que me digan que no puedo perder el control, que me hace mal estar así...
¿Qué me hará peor? ¿Gritar o no gritar? ¿Llorar despacito o explotar de rabia?
Hoy no es mi día....
Y todo por no tener auto y quedar recluida en la casa....
Perdón por el exabrupto... No haré nada imbécil... No soy infanticida...
Me... ^_-
Esta cosa no es tal, sino es más bien una frase... una actitud... que hoy me tiene muy mal, de verdad... Es esa frase o esa actitud que sale desde el fondo de mi madre y de mi jefa... esa frase maldita, macabra...
"... es que es lo se espera de ti"....
¿Quién cresta espera algo de alguien sólo porque ese alguien es ESE alguien? ¿Qué quieren decir con eso? O sea, porque toda la vida he sido la fuerte, la que se la puede, la que aperra, no puedo sentirme sola, abandonada, triste...
Porque siempre he cumplido con lo que prometo, o hago lo posible por hacerlo -siempre que quiera hacerlo- de repente no puedo ser más débil, presentar errores...
He vivido toda la vida cumplieno expectativas... toda la vida pendiente de no flaquear, de ser como mi mamá y no reclamar nada, llorar sola a oscuras y levantarme todos los días...
Hoy, si no fuera por mi bebé que depende de mi cuerpo para vivir, y de mi hijo que me necesita como lo necesito yo, hoy tengo ganas de dejar de cumplir expectativas... quiero que me vean vulnerable, que vean que a veces quiero tomarme un frasco de pastillas con ron... que quiero re-abrir la cicatriz de mi muñeca... que me siento débil, que me siento sola... que no sé por qué me siento así.
Entonces, me salen con que TENGO que ser fuerte, que TENGO que seguir porque es lo que se espera de mí, que tengo responsabilidades, que estoy enojada -envenenada, fue lo que me dijo- con mi hermana sólo por envidia... porque a ella nadie le exige nada y nadie se mete con ella... porque su vida no tiene ninguna responsabilidad, porque siempre la salvan, siempre la escuchan...
Yo trabajo y me tengo que pagar hasta la Coca-Cola... no puedo gastar plata en terapia porque tengo 2 hijos... no concibo gastar $90.000 en una caja de happypills... qué hago, entonces?
Escribo, lloro, grito... para que me digan que no puedo perder el control, que me hace mal estar así...
¿Qué me hará peor? ¿Gritar o no gritar? ¿Llorar despacito o explotar de rabia?
Hoy no es mi día....
Y todo por no tener auto y quedar recluida en la casa....
Perdón por el exabrupto... No haré nada imbécil... No soy infanticida...
Me... ^_-
martes, diciembre 11, 2007
Jingle Bells!!!
Mi regreso al ciber-mundo se debe más que nada a una escena prescenciada ayer en un mall de Ciudad Capital.
Dos mujeres, ya en sus mid-40s y con sus respectivos 'hasta que la muerte...' peleaban por un LCD de 40' (o algo así) del que quedaba en stock sólo la unidad en cuestión.
Se podría pensar que esas cosas pasan en la películas o en otras partes, pero no en el Alto Las Condes, donde la pelea la iba a ganar la mujer con más vueltas de collar en el cuello.
Le pregunté a la vendedora que cuándo llegaban más LCDs, y me respondió que el sábado (ayer era Lunes). O sea, peleaban por pelear, porque iban a llegar más LCDs en pocos días. Pero ese afán competitivo, como de hembras alfa escoltadas por sus respectivos machos me llamó demasiado la atención.
¿Por qué, me pregunto yo, no deciden tirar una moneda al aire y, así, la que pierde tiene que ir a buscar su LCD el sábado? Esa maldita manía de irse a la casa triunfante, como si comprar un LCD fuera la versión navideña de la pelea por la hogaza de pan del camión de la ONU. Y eso que cada LCD cuesta más de $600.000. ¡Si llegaron a tirarse las tarjetas Doradas y Platinum!
Espíritu Navideño, my ass... Al lado de la puerta de la multitienda había un stand de Coaniquem... ninguna de las viejas se digno a ayudar...
Dos mujeres, ya en sus mid-40s y con sus respectivos 'hasta que la muerte...' peleaban por un LCD de 40' (o algo así) del que quedaba en stock sólo la unidad en cuestión.
Se podría pensar que esas cosas pasan en la películas o en otras partes, pero no en el Alto Las Condes, donde la pelea la iba a ganar la mujer con más vueltas de collar en el cuello.
Le pregunté a la vendedora que cuándo llegaban más LCDs, y me respondió que el sábado (ayer era Lunes). O sea, peleaban por pelear, porque iban a llegar más LCDs en pocos días. Pero ese afán competitivo, como de hembras alfa escoltadas por sus respectivos machos me llamó demasiado la atención.
¿Por qué, me pregunto yo, no deciden tirar una moneda al aire y, así, la que pierde tiene que ir a buscar su LCD el sábado? Esa maldita manía de irse a la casa triunfante, como si comprar un LCD fuera la versión navideña de la pelea por la hogaza de pan del camión de la ONU. Y eso que cada LCD cuesta más de $600.000. ¡Si llegaron a tirarse las tarjetas Doradas y Platinum!
Espíritu Navideño, my ass... Al lado de la puerta de la multitienda había un stand de Coaniquem... ninguna de las viejas se digno a ayudar...
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